Qué difícil ser una mujer segura de sí misma
Qué difícil ser una mujer segura de sí misma. Qué complejo construirnos como mujeres seguras. Decir que soy segura tiene tan poco que ver con tantas instancias de mi vida. Pasadas y presentes.
Me creía segura.
Sin tener idea de que ser segura es conocerse mucho. Estar en contacto con una misma y saber lo que se quiere y lo que no se quiere para la vida.
Ser segura es poder poner límites. No dejarse lastimar. No quedarse en lugares donde nos dañan. Denunciar los abusos y violencias. Reconocer que los sufrimos.
Ser segura es poder decir que Si sabiendo que también podríamos decir que no. Es ir a la cama con alguien con deseo completo y absoluto, no porque es lo que el otro espera de nosotras.
Ser segura es ir a los lugares por ganas y no por compromiso. Y asumir las consecuencias de que alguien se moleste.
Ser segura es salirse de los juegos de la manipulación y la culpa.
Es definirse sin etiquetarse. Animándonos a decir de nosotras cosas tan buenas como las que decimos de aquellos a quiénes amamos y admiramos.
Ser seguras es mirar de frente y a los ojos. Sostener la mirada. Y no bajarla. Porque Ser no es nada de lo que tengamos que avergonzarnos. Aunque tantas de nuestras acciones para otros sean reprobables.
Ser seguras es dar a la persona que amamos su lugar, y que nos den el nuestro. Saber de corazón que quien está a nuestro lado tuvo la suerte de encontrarnos, y viceversa. Y no como escuchamos tantas veces “Que suerte que tuviste”. Y el otro también la tuvo, que se sepa.
Ser seguras es no querer parecernos a nadie más que a nosotras mismas. Ni entrar en competencias, ni juegos de poder. Porque amor y poder no hacen buena yunta.
Ser seguras es llegar adonde queremos sin manipular, ni victimizarnos, ni culpar, ni mentir, ni fingir, ni avasallar. Y viceversa.
Ser seguras es preferir quedarnos solas antes que compartir vida y camino con personas con las que no queremos estar, ni queremos tener que ver (hay enemigos que nos dignifican).
Ser seguras es no tener miedo al que dirán. Ni a que nos excluyan. Ni a que hablen mal de nosotras. Ni a que nos dejen de querer.
Porque todas esas cosas son terribles, pero mirarnos al espejo y no reconocernos en el reflejo es mil veces peor.
Ser seguras es ser libres. Y de poético tiene muy poco. La libertad siempre tiene un precio. Es el mejor rock!