Me detuve a mirarte

No atinaba a creerte. Allí, como un lienzo en vivo sobre mi cabeza. Siguiendo mis pasos. Coloreando mis pensamientos. Me detuve a mirarte. La calle rugía de ríos de gente. Nunca había visto tanta, cada día, cada noche, como corrientes humanas. Salí de entre los cuerpos que me llevaban en andas, para buscar la paz