Tatuajes del alma
Tenía 35 años. Y todavía era la otra, la que ya no es. Tenía 35 años. Y ya había encontrado a mi compañero de vida. Tenía 35 años. Y faltaba enamorarse hasta la locura dos veces más, antes de asumirlo como tal. Tenía 35 años. Y me hice mi primer tatuaje. Tenía 35 años cuando