No estoy loca
“No estoy loca”. Película chilena con Paz Bascuñán. En plena pandemia,ahí nació el «ni locas ni rayadas»
Carolina lleva ocho años casada. En 48 hs cumple 38 años. Se entera que es infértil. Que su marido embarazó a su mejor amiga, cuando el papá de Carolina se enfermó y ella estuvo tan mal.
Carolina esa tarde, se tomó todo lo que tenía. Subió a la azotea y se tiró. El marido infiel y su amiga embarazada la internan en un psiquiátrico.
Así comienza. Amé el proceso de Carolina. La vida que tenía no era la que ella quería. Pero es que hay una madre en la trama. Una madre que quiere lo mejor para su hija. Casamiento for ever. Hijos. No divorciarse. Uno a uno se le caen los velos. Ella no quería casarse con ese hombre. Ni tener hijos. Ni lo que los demás pensaran de ella.
Al saber quien era, entabló vínculos con otros. Comenzó a bailar, reír, jugar, plantar, cantarle las cuarenta a su madre. Dejó el periodismo que detestaba y comenzó diseño. Que había dejado porque su madre le decía que era mala para eso. Le sobraban el marido, la amiga, la casa y la vida por encargo.
Y ahí comenzó el rock. Después de llorar, de enojarse, de dolerse por lo que había que dolerse. La locura, rodeándonos cuando nos llevan hasta el borde. Cuando nos llevamos hasta el borde en una vida que no queremos.
Vaya que estamos locas cuando vivimos a contrapelo. Cuando los deseos de otros se trasforman en los nuestros y olvidamos quiénes somos. Hay una locura que da orgullo. Esa en la que declaramos no poder más, y rompemos con todo, la cajita de cristal. No para tirarnos de los techos. Sino para tirar fuegos artificiales desde el techo, celebrando que volvimos a nacer. Porque merecemos.
Nunca estamos solas! Ni locas ni rayadas! Vamos que vamos!
Simone Seija Paseyro
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