MI DÍA SON TODOS LOS DÍAS
Nací mujer, crecí mujer, sufrí mujer, amé mujer, parí mujer, vivo mujer.
No necesito un día que me lo recuerde. No soy una fecha fundacional, ni el día de la conquista de nada, ni rememoro nada. No soy un natalicio, ni una declaración de independencia. Ni la fecha de una batalla.
En términos de igualdad un día del hombre, nos permitiría reconocerlos en su valía y capacidad de dar amor, cuando así corresponda.
Una marcha donde en su convocatoria me digan, (cito textual) “Si vas a la concentración escuchá, no te pongas delante, no des ordenes ni dirijas las actividades. Respetá a los contigentes separatistas. Buscá los contingentes mixtos y acompañá, simplemente acompañá.” me hace ruidos raros. Rarísimos.
Porque no quiero mujeres ni hombres que me digan lo que tengo que hacer, simplemente quiero Ser.
Que el mundo cambie depende de lo que cada una de nosotras individualmente hagamos con nuestra vida, y como nos comportemos en relación a las otras y los otros,
Con querernos a nosotras mismas. Con tomar decisiones . Con ejercer nuestro libre albedrío como mujeres adultas.Con exigir el cumplimiento de nuestros derechos cuando estos no sean respetados y alzar la voz cuando esto no suceda. Con ser solidarias entre nosotras y no terminar siendo las más machistas de todas.
La violencia se expande en muchas maneras. La más terrible, la que culmina en la muerte. Esa realidad rompe los ojos.
Y aún hay muchas otras formas de violencia. Que te quiten los hijos y te amenacen de muerte , que desaparezcan expedientes, que jueces y juezas fallen sin escuchar ni ver a las mujeres y a los niños, que se tomen decisiones por teléfono, etc, etc, etc.
Sin embargo siento que el triunfo mayor de la violencia es si excluimos a los hombres buenos de nuestra vida. Si empezamos a ver como enemigo al otro simplemente porque es Otro. Porque terminamos haciendo lo que nos hacen.
La victoria de la oscuridad es el punto sin retorno en que empezamos a odiar al diferente: por su género, su opción sexual, su color de piel, su religión, su raza, su nacionalidad.
La victoria de la oscuridad es la separación. La Luz es unidad.
Justicia, si.Pero unidos hombres y mujeres en aras de un mundo mejor.
Mi día es todos los días. El día de la humanidad es todos los días. Y la posibilidad de ser o no humanos no la determina el género, sino el corazón y la acción individual por encima de un colectivo sin nombre, ni cara, ni mirada.
Por un mundo de Luz y Amor, de Paz y Armonía, hoy y siempre.
Bendiciones!
Simone Seija Paseyro
Lectora de Registros Akásicos