LOS DECRETOS AUTO- STOP
Un Decreto Auto-stop es ese que nosotras mismas emitimos sin darnos cuenta que nuestras propias palabras construyen realidades.
El decreto auto stop puede ir desde lo más banal( “no se me da bien cocinar” a lo más profundo (“yo no tengo suerte en el amor)
Desde lo más general (“El amor es mi materia pendiente”) a lo más específico (“el sueño de mi vida es vivir en otro país pero sé que nunca lo voy a hacer porque soy hija única y no quiero dejar a mis padres solos”.)
El decreto auto stop no es real. Es una creación de nuestra mente, Pura imaginación negativa en movimiento recesivo de la vida. Y vaya que tenemos imaginación frondosa a la hora de decretar lo que no nos va bien.
“Nunca voy a quedar embarazada”
“Quiero estudiar pero se me pasó el tiempo”
“Es infiel pero no lo puedo dejar”
Son los “no puedo”. Los “tengo que”. Divorciados del “Puedo” y el “Quiero”.
El decreto auto stop es amigo del miedo a cambiar. Porque si lo corremos de lugar y lo sustituimos por el decreto Go On, toda la estructura de la vida se mueve. E incluso cumplimos sueños. Y hasta somos felices. Llegamos a metas. Logramos lo impensable.
Tengo una lista interesante de decretos auto stop en varias áreas de mi vida. Son concretos y muy destructivos, y forman parte de mí. Invitados indeseables que no les puse límite la primera vez que los pronuncié y se convirtieron en ocupas emocionales.
Me tomé una semana para pensar mi lista de decretos auto stop. Está lista para ser quemada la próxima luna menguante del 31 de octubre. Para eliminar y expulsar esas frasecitas poderosas que quiero dejar sin vitalidad.
Y luego, con el cuarto creciente del 15 de noviembre, prepararé mi lista de decretos Go On. Con dibujos. Con colores. Con belleza. Y tras meditar sobre mis nuevas consignas vitales lo voy a dejar a la vista, para recordarme cada día la nueva yo que sembré.
Sustituyo el miedo por amor. Así de complejo y poderoso. Pura magia personal, sencilla, antigua, infalible. Libera tus decretos auto- stop y siembra tus decretos go on. Nunca estamos solas!
Bendiciones infinitas!
Simone Seija Paseyro
Lectora de Registros Akásicos
