Blog - Nunca estamos solas

Leo un artículo que señala que las personas…

Leo un artículo que señala que las personas que están solas lo están porque hay una herida antigua sin sanar. Y que hasta que no se trabaja en terapia (no sé si psicológica o de otro tipo porque no lo decía) esas personas no estarán abiertas a recibir la llegada de una pareja y por lo tanto, no llegará. Chan.

Pienso en mi propia vida amorosa. Algo así como una calle principal en hora punta, que se inició a los 15 con mi primer novio y no conoció sosiego hasta más de 30 años después.

Mi herida se llamaba sentimiento de abandono. Su síntoma, la falta de amor por mí misma. Su consecuencia, buscar en otro el remedio al dolor. Amores con compromiso, largos, intensos, con aroma a sufrimiento cuando no a algo peor.

Las heridas que se alojan en el corazón hacen temer la soledad. Y desde ese miedo nos vinculamos con los otros. Por la necesidad de la mera presencia, por sobre cualquier tipo de esencia. Funcione o no la ecuación.

Me llevó la vida aprender a estar conmigo misma. Disfrutar de la propia compañía. Salir del lugar de la víctima para poder empezar a perdonarme, quererme, sanarme.

Al pie de esa publicación encontré comentarios de muchas mujeres diciendo que su soledad era demasiado plena, o se sentían demasiado bien como para sacrificarla por una relación que no valiera lo suficiente. Me encantó.

Dos comentarios de hombres. Uno que habló de que nos instalábamos en una zona de comodidad para no salir al encuentro del otro. Y otro señor que habló de Compartir como el sentido de la vida.

Y ahí sentí que estábamos mezclando cacahuetes con berenjenas.

La mayor zona de comodidad en nuestra sociedad actual es el formato vida de a dos. Todo está diseñado para dos. Ser uno es ser una especie de rebelde. Disfrutarlo…oh my god…!

Y luego Compartir es una palabra enorme que para mí abarca no sólo a la pareja, sino a todo lo que vive.

Creo en el Amor. Por nosotros mismos, para poder darle nuestra mejor versión al otro. Creo en los buenos amores: de pareja, de amistad, de familia, de padres e hijos. Creo en el amor que se respira en esta página construido sobre los comentarios brindados.

Pero sobre todo, creo en el coraje de cada una de nosotras de buscar y encontrar en qué caminos de boicot y autocastigo nos embarcamos para olvidar el dolor de las heridas viejas. Creo en mirar ese dolor que nos actúa, tomarlo con las propias manos para calentarlo con el soplo de vida que es el combustible del corazón.

Y creo que en todas las áreas de la vida llega lo que tiene que llegar… en el momento exacto…

Bendiciones! Nunca estamos solas… porque no estar sola no tiene nada, pero nada que ver, con estar o no acompañada. No estamos solas al encontrarnos a nosotras mismas, y desde ahí, estar abiertas al mundo…

Simone Seija Paseyro
Lectora de Registros Akasicos

1 Comment


Ana Barrios

Ana Barrios    Posted on: 10 mayo, 2019 5:39 am 

Al igual que tù, desde los 15 nunca estuve "sola", siempre en pareja, dos matrimonios que se rompieron violentamente y de ellos, cuatro niñas, una con mi amor de adolescencia, tres con quien fuera mi esposo hasta hace dos años. La verdad, es que a partir de los 30 empecè a vivir, a quererme sin condiciones, a no aceptar limosnas sentimentales, a dejar de tolerar infidelidades yyyy ahì entendì que estuve sola hasta hace dos años y que amo mi compañìa, amo a mi familia, amo la mujer imperfecta que soy. Sigo sin tener "un novio" porque estoy tan a gusto conmigo que no encuentro momento para darle a un hombre. Porque no busco a alguien. Me disfruto, me gozo. Creo en el amor, creo en la familia y creo en que hay buenas y malas personas. Y creo que cuando el amor puro, verdadero y real golpee a mi puerta, lo voy a invitar a entrar y a tomar una copa de vino. Gracias, gracias, gracias a las profundas heridas y cicatrices que anidan en mi cuerpo y en mi alma. Besos de Ana

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