INSIEME
La primera alianza de matrimonio que usé en mi vida la compró mi ex suegra. Para ella era importante cumplir con algunos requisitos formales y como yo no tenía ni idea de lo que era casarse ni organizar nada que tuviera que ver con eso, ella dispuso. Hizo la torta, eligió lo que íbamos a comer,…y nos hizo elegir un par de anillos en una buena joyería.
-¿Qué inscripción le van a poner dentro?
Nos miramos azorados. Ni idea. Así que usamos el modelo que habían usado sus padres “De Simone a Héctor” Y la fecha.
El fin de esa alianza fue un vuelo directo por la ventana. Salió como despedida junto con el divorcio.
La segunda alianza no tiene historia ni memoria. No recuerdo comprarla. Ni usarla. Ni cómo era. Ni qué decía. Pero sí su final. Voló por la ventana junto con la sentencia de divorcio.
La tercera fue un capítulo aparte.
No las teníamos en el momento de casarnos. Pero cuando salió la película “El Señor de los Anillos”, que nos apasiona, sentí que era el momento. Un anillo de Amor, no un anillo de poder. Los mandamos hacer y la inscripción fue “INSIEME”. Juntos. En italiano. No tengo idea por qué. La fecha…la de cuando comenzamos a vivir juntos, un año antes de casarnos.
Esa alianza paseandera, se cayó en el Jardín Botánico. Fue el día en que lo conocí a él. Ese con quien éramos familia pero no lo veía desde que era un niño. Nos sentamos a hablar en el pasto, sobre el pareo eterno que paseaba en mi mochila, y al levantarnos me di cuenta que no estaba en mi dedo. La historia de las vidas había soltado su grito de aviso. Nos volvíamos a encontrar. Y de ese encuentro iba a surgir un amor insurrecto y apasionado.
Mandé a hacer de nuevo las alianzas con la misma inscripción. La misma fecha. Y la usé hasta mucho después de haber terminado. Y nunca, nunca salió por la ventana volando. Se quedó en un cofrecito guardada. Igual que él se queda en mi corazón y sigue estando.
Los objetos materiales a veces son representación de una pareja. De un tiempo. De un trozo de historia. Hay quien funde el oro y lo transforma en otra cosa. Lo resignifica. Para mí lo que ya no es, no es. Y lo que es, será siempre.
INSIEME…y venimos honrado la inscripción por encima de tiempos y formas. Porque el Amor del bueno es así…une eternamente. Como las palabras de honor…
Bendiciones infinitas! Porque cada una de nosotras encontremos nuestro “INSIEME”. Porque vale la alegría. Porque es parte de la vida buena.
Simone Seija Paseyro
Lectora de Registros Akásicos