Hay quien tiene mucho dinero y vive en la escasez…
Hay quien tiene mucho dinero y vive en la escasez.
Quien poco tiene pero vive en la abundancia.
Abundancia, escasez y merecimiento están unidas.
Las dos primeras son el reverso de una misma moneda.
La tercera, el merecimiento, es la que determina la sintonía que elegimos vivir.
Sentir que merecemos todo lo que hay en nuestra vida, es estar on line con lo Divino.
La abundancia y la escasez no pasan por lo económico, aunque nos quieran hacer creer que es así. Son el reflejo, en el plano concreto, de la manera en que espiritualmente vivimos.
Tengo una conocida que tiene su casa propia, y que se maneja de tal forma en el ambiente que frecuenta, que nunca tiene menos de dos trabajos fijos entre las manos, amén de las oportunidades que surgen.Sin embargo, nada la hace sentir segura. Su dial se trancó en la estación llamada “Escasez”. Su energía está en la frecuencia de la envidia. Porque para ella todos los otros son más afortunados.
Si algo he aprendido es que no agradecer las bendiciones lleva a que se pierdan, para valorarlas.
Tengo un sencillo ritual para la abundancia. Consiste en unas pocas palabras y mucha fe…”Ustedes saben lo que necesito en este día”. Y día a día llega lo que tiene que llegar.
¿Si me preocupa el mañana? No. Estoy viva hoy. Crecí escuchando a mis padres quejarse de pagar una cuota altísima durante 25 años para tener una casa que como corolario…nunca iba a ser suya. De esa lección aprendí que hay dos formas de tener fe.
Una en que interiormente sabemos que el Universo provee. Y otra que es tener miedo de perder lo que tenemos.
Al Universo se lo ayuda llevando al plano concreto lo que soñamos y deseamos. Pero en el preciso instante en que empezamos a tener miedo….estamos creando esa realidad.
Mi tia abuela Meche, hermana de mi abuelo, vivía vendiendo libros casa por casa. Antes de entregarlos me los traía y yo los leía como en un suspiro para que quedaran impecables. Hasta el día de hoy leer un libro nuevo es un rito sagrado, entrar a un mundo por una puerta iluminada.
Meche me enseñó que la dignidad, la educación, no la da el dinero. Que la generosidad, el amor, la felicidad, no la da el dinero. Que la estabilidad, la seguridad, la alegría, no la da el dinero. Y que todo trabajo es digno.
Se pasaba todo el día sobre los ómnibus llevando su carga amorosa y sabia de un punto al otro de Montevideo, sin quejarse. Y todavía le quedó tiempo para cuidarme hasta que cumplí 13 años.
Gracias por enseñarme lo que era la escasez, saber convertirla en abundancia y tener certeza del merecimiento.
Gracias por enseñarme a no tener miedo de tener poco…porque tu vida fue un ejemplo de abundancia, amor, solidaridad, entrega, y de tus labios nunca escuché una queja. Por tu sabiduría infinita y por darme todo lo que me diste en acciones, no en dinero, GRACIAS GRACIAS GRACIAS…
Bendiciones! Vive tu vida en sintonía de abundancia activando el merecimiento. Y lleva la energía hacia buenos y fructíferos lugares, que no hay rituales sino magias que se construyen con las manos envueltas de amor…
Nunca estamos solas!
Simone Seija Paseyro
Lectora de Registros Akasicos