Gracias Mamá!
Un relación madre /hija se construye.
Cómo todos los vínculos.
Y se cuida. Y se trabaja.
Nadie tiene la mejor madre del mundo ni es la mejor hija del planeta.
Si alguien lo siente así, es que su parte niña aún no puede ver a la Mujer. Elige quedarse con lo que quiere creer por sobre lo que hay.
Porque una madre es un ser humano, con luces y sombras como todos.
Mi madre es una mujer compleja, y no quiero que sea diferente a eso.
Algo sencillo sería tremendamente aburrido.
Aprendimos a querernos con el paso de los años. Ni ella sabía qué hacer conmigo, ni yo qué hacer con ella. Era mirarnos y preguntarnos «¿Por qué?» Por qué tan distintas. Sin darnos cuenta que nos parecemos mucho.
Somos dos mujeres que nos gusta hacer lo que queremos, cómo queremos.
Con el genio vivo y la lengua rápida.
Somos aparentemente desapegadas porque no necesitamos tenernos en fechas patrias para saber lo que somos la una para la otra.
Por eso estoy en París haciendo lo que amo. Y ella en Uruguay celebrando que lo haga. Y ha pasado lo contrario en cumpleaños míos en que ella estaba de viaje. Y etc.
Después de una vida de luchas y batallas, de pruebas y desafíos, empezamos a aceptar que con lo que hay , se intenta hacer lo mejor que se pueda.
Y que vivir devotas del sufrimiento no nos hace más santas, ni más buenas, ni más felices. En cambio, darnos la libertad mutua de disfrutar como queramos, haciendo lo que sentimos, se nos antoja el mejor regalo que nos podemos dar a esta altura de la vida.
Te quiero mamá. Y nos felicito fervorosamente, porque estaban duras las botas de potro. Celebro ser tu hija y que seas mi madre. Si no no seríamos las que somos. Y me gusta la que soy. Y me gusta la que sos. Tu día son todos los días, pero para que te quede claro, sin dudas, supuestos ni interpretaciones, te lo digo. Clarito nomás. Que es como mejor sale y cuánto más vale.
Simone Seija
La Psi que leo Registros Akásicos
Y agradece a todos los colegas con los que trabajé mi vínculo madre-hija