Érase una vez un grupo de mujeres…
Érase una vez un grupo de mujeres que decidieron reunirse por el mero placer de compartir.
Se sabían guerreras de Luz pero no querían portar espadas. Porque sabían que estas no eran necesarias cuando los corazones puros arman un círculo de amor.
Cómo en todas los círculos el lugar se marca con la impronta de los pensamientos, los sentimientos, las intenciones.
Marca la ecuanimidad, la tolerancia, la lealtad, la incondicionalidad, la transparencia.
Quien ha formado parte de un círculo de mujeres y lo traiciona, lleva sobre sí una marca oscura e imborrable.
Cuando las guerreras de Luz juntan sus manos, llevan flores en ellas, y saben que aquello que las une no lo separa el hombre, ni el tiempo, ni la distancia. Es una fuerza diferente que flota sobre sus cabezas y las nutre, se encuentren donde se encuentren….
A todas las mujeres que saben construir sus fortalezas luminosas y divinas, bendiciones por su Luz!!!
No estamos solas…
Simone Seija Paseyro
Lectora de Registros Akásicos