EL MONTE SAN MIGUEL
Peregrinación, en términos junguianos, es la expresión y el esfuerzo de circunvalar el Yo, de “despertar la divinidad”. El objetivo es la sanación, la plenitud y la transformación.
Hay una peregrinación interna, de descubrimiento de sí mismo. Y hay otra que tiene que ver con ir a lugares que nos conectan con lo intangible.
Desde que inicié el camino de los Registros, el Arcángel Miguel ha sido una presencia e invocación constante. Una búsqueda permanente de los lugares donde se lo honra. Una certeza de protección y asistencia.
El Mont St Michel, fue construído en el año 709 por un abad a quien el arcángel se le presentó en sueños tres noches seguidas pidiéndole que erigiera un santuario. Hoy es un lugar destino de peregrinos, como el Camino de Santiago.
Cuenta la leyenda que en St. Michel se dió la lucha entre el Bien y el Mal en el inicio de los tiempos. Y ahí fui a buscar la fuerza, la luz, el sentido.
La estatua de Juana de Arco, quien peleó entre sus murallas durante la guerra de los 100 años, y de una Vírgen Negra, se rebelaron como manifestación de lo femenino en el plan Divino.
Hacer Registros es una forma de concebir el mundo. Recuperar energías en los sitios sagrados, me permite retomar la labor diaria en conexión con la fuente.
Cada paso dado , cada escalón subido, cada momento de oración tiene su sentido y su significado.
Por la gracia de tu presencia tangible en la tierra, Señor yo te digo
GRACIAS GRACIAS GRACIAS