Blog - Nunca estamos solas

Maria Julia Oliván es una periodista política de larga trayectoria. Y de pronto fue convocada para realizar una campaña para una casa de ropa interior.

Lo primero que preguntó es si habría talle para mujeres como ella, y le dijeron que sí. 
La campaña fue publicada y ahora cubre las calles de Buenos Aires.

Entonces, entre tantos comentarios, dimes y diretes, leo uno que me deja pensando. Algo así como que hacer una apología de la obesidad cuando es una enfermedad, no era buena cosa.

Miro las fotos y me digo a mí misma que si eso es obesidad estoy al horno con papas. Más bien en esa foto veo una mujer que tiene curvas. Que tal vez no le guste ir al gimnasio. Que se siente lo suficientemente segura de sí misma como para atreverse, si, porque hay que atreverse, te paguen lo que te paguen, a mostrar un cuerpo no perfecto.

Sobre todo si te dedicás a algo como el periodismo llamado serio.

Es tendencia en las pasarelas de moda europeas que desfilen mujeres en talles grandes. Grandes para lo que es una pasarela. Y es que si hablamos del empoderamiento de las mujeres, quizás una buena forma de empezar sea no ir al gimnasio para vernos más flacas y deseables, sino sólo si nos apetece o por temas de salud.

Nos criaron/crearon para agradar al otro. A todo otro. Para compararnos. Para sentirnos más o menos qué…y ahí está la reina madre de las dificultades. Desde el momento que alguien quiere prevalecer, se instala la guerra entre hermanos.

O entre hermanas…que sería este el caso…

Las modas son eso…modas. Cuando miro los cuadros de Rubens con sus mujeres opulentas y gozosas, desnudas y exuberantes, me puedo imaginar que no se pusieron a dieta nunca. Ni sudaron la gota gorda en un gym, Ni aprendieron técnicas para adoctrinar a su metabolismo.

Cuando medio mundo se muere de hambre, nosotros andamos comprando comida light y gastando fortunas en polvos mágicos reductores, cirugías estéticas, cremas anti celulitis, colas nuevas, senos siderales.

Pues que quieren que les diga…a cada quien le va lo que le va. Pero me siento (en todo, cuerpo incluido) muy cerca de la Oliván De su desfachatez. De su aceptación de sí misma. Y más me vale. Que me acabo de enterar que por estar en la menopausia el cuerpo ralentiza el metabolismo y aún con la boca cerrada mi destino es engordar,

Por las mujeres reales. Flacas, gordas, talles S, talle XXL , talle vida bien vivida. Por todas ellas …brindo. Que a cada cual su belleza, su seducción, su don. Y para cada una de nosotras un amor que nos quiera como somos. Que si te mandan a hacer sentadillas seguro que no te quieren…lo digo por experiencia.

Bendito sea tu cuerpo, maravillosa como eres. Porque nunca estamos solas…

Simone Seija Paseyro
Lectora de Registros Akásicos