Blog - Nunca estamos solas

CÓMO SE DEJA EN BLANCO LA HOJA…

En la historia, hay que buscar en la historia.
En esta vida, no en anteriores.
En los secretos, en lo no dicho, en las trabas de hoy que gritan los abusos de ayer.
No hay nada de alternativo, ni poético, ni romántico en salir a la busca de las oscuridades vividas y a veces sepultadas bajo nuestras defensas… esas que nos permitieron sobrevivir.

Hay árboles genealógicos preñados de silencios, de violentaciones, de abusos, de sacrificios. Árboles donde las mujeres tienen un lugar determinado, y al crecer, no se animan a romper con los mandatos y repiten la historia de sus madres, sus abuelas, sus tías.

Escribir una hoja en blanco con historias nuevas es maravilloso. Pero siento que esa hoja en blanco no es una hoja nueva… es nuestra propia hoja, la que nos acompaña desde que nacimos, que en un punto del trayecto decidimos limpiar para poder recomenzar.

En nuestros vínculos, en la manera como nos relacionamos, en nuestra independencia o dependencia económica, en nuestra conducta sexual, en nuestro disfrute o en la imposibilidad de… están escritas las huellas del pasado que nos condiciona.
Podemos mirar para adelante y decir “Acá no pasó nada”, pero frente a nosotros vamos a tener a la Otra, esa que se desdobla, nos conoce y denuncia…”. Sí, pasó. Y si no lo lloramos, lo gritamos, lo curamos, nos va a seguir pasando cada día de nuestra vida.”

Somos muchas las mujeres que sufrimos abuso de niñas o adolescentes.
Somos muchas las que lo bloqueamos, lo olvidamos, lo negamos.
Somos muchas las que en la vida adulta lo arrastramos. Hasta que se hace la luz, nos “acordamos” y limpiamos la hoja.

No estamos solas. Hay compañeros de ruta que nos ayudan a ir en busca de los hechos, que nos sostienen, que nos ayudan a resignificar. Es el tiempo de calentar sillón como digo yo, y buscar a un amigo de Freud que deja al aire las raíces podridas de lo oculto.

Porque todas y cada una podamos recordar la parte de nuestra historia silenciada, hacerla propia, llorarla, sanarla y recomenzar…

Bendiciones!

Simone Seija Paseyro
Lectora de Registros Akásicos

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